Todo lo que entra tiene que salir...

Hace dos años que el calvito y yo estamos en pareja,y a eso le puedo sumar casi dos años de noviazgo.
La cuestión es que yo nunca fui una chica noviera; mientras todas mis amigas noviaban desde la época de las fiestas de quince, yo era un bicho raro no interesado por la moda y que, prefería pasar un fin de semana leyendo Dostoievski y viendo buen cine a salir a la matine del boliche de turno.
Ojo, no es que fuera una antisocial, para nada. Siempre tenía mi grupo y salía y me divertía; pero no me desesperaba. Ni por los jeans - en esa época hacia furor US41 y todos los colores del arcoiris-, ni por el boliche - Cinema, D´Light, BA o Palladium-, ni por los muchachos. De hecho, yo me hacia amiga de los muchachos así que, siempre se solicitaba mi presencia, bienvenida por todo el mundo.
La secundaria termino y para la época del inicio de la facultad conocí a mi amiga del alma, a mi primer amor, tortuoso e inestable ( da para otro post),y las salidas se diversificaron tanto como los entornos.
Pero mi relación no era el romance típico, sino una mezcla loca de llanto, literatura, sexo y cuestiones platónicas y virtuales ya que, el hombre viajaba mucho.
Pasaron los años y el primer amor migro y se estableció definitivamente en las tierras del Tio Sam, grandes amigas y amigos también migraron (crisis del 2001)y para ser coherente con mi angustia del momento me fui a vivir sola.
Fueron cuatro años hermosos, adore el departamento que alquilaba en el centro con su ambiente irregular que me definia y el bow window que tanto me inspiraba. En esos años tuve varios affairs, salidas locas... hasta que lo conoci al Calvito.
Ahi si me cambio la vida. Hubo que remarla, porque el muchacho se me hizo el dificil, pero mi sentido del humor y mis dotes culinarias lo pudieron.
La cuestión es que el calvito, quien me lleva casi 8 años, resulto ser un hombre asentado; con casa, auto y un laburo bueno y bastante bien rentado para la vida media local.
Mientras estabamos de novios, me entere que el aguantaba todo el año laboral y lo stresses porque se premiaba con un buen viaje de vacaciones. Yo lo comprendía perfectamente, pero lo mio era el cabotaje y la mochila y lo suyo indefectiblemente tenía salida por Ezeiza.
Corría el 2005 y el muchacho planeaba conocer Europa con un amigo... el amigo lo dejo de garpe y el calvito, espontáneo y generoso como es, me invito a ir con él.
Yo no lo podía creer, primero porque ni en sueños pensaba un viaje de placer a Europa y menos que un hombre que yo quisiera me invitara.
Pero se dió, pase 27 soñados días junto a él y nos divertimos y sorprendimos...
A partir de ahi, cada año hemos hecho un viaje maravilloso( esos dan para otros post); lo que no soporto son los comentarios capciosos de algunas personas.
"vos si que sabes elegir bien".
"qué partido que enganchaste, cómo hiciste"
"vos la tenes atada"
"vos te la sabes todas, agarraste un soltero de guita".
Los comentarios de intrascendentes, como la sra del Laverap o, alguna amiga de mi madre, honestamente me chupan un huevo; pero cuando vienen de amigas históricas - como las del colegio- o alguna que hice en el laburo anterior, me dan por las bolas. Yo entiendo que puede haber algo así como la "envidia sana" ( eso existe?), pero bajen un cambio loco. No lo soporto y menos cuando me vienen a increpar con " Por qué no te casas?"
O las que estan borradas durante el año - cosa que puedo entender, quizás- pero te llaman hiperventilando, desesperadas porque ahora viajas de nuevo... y encima te garronean y te piden que hagas compras en su nombre que después te las pagan cuando cobran el aguinaldo... ahhhhhhhhhh, me tienen los huevos KINDER.
Largo todo esto, así como loca, porque no me lo puedo tragar.
Agradezco a diario la vida que tengo, las posibilidades a diario, los viajes, todo; pero también me repito que quizás es algo que me merecía. No por los viajes en si,porque puedo ir a Liniers - Lima Town- de paseo y divertirme y disfrutar como en Campo di Fiori; sino por lo fundamental que es tener una persona hermosa a mi lado que, me quiere bien y me respeta, que me estimula a que haga cosas, que es generoso y que planea un futuro y una familia conmigo.